Desde CenergITE somos conscientes de que las fachadas son los elementos más visibles de nuestras viviendas. Proyectan una idea de nuestro edificio y forman una parte muy importante de la imagen de nuestras ciudades, pero sobre todo se encargan de protegernos de los elementos externos.

La mayor parte de los edificios existentes, y sobre todo los residenciales, están lejos de las condiciones de buen funcionamiento energético y óptimas condiciones internas de confort y bajo impacto ambiental, por lo que son responsables de un consumo energético significativo. La corrección de estas deficiencias es el objetivo buscado en la rehabilitación energética de los edificios.

En los edificios existentes las acciones se encaminan principalmente a la mejora del comportamiento térmico y acústico de la envolvente o piel: mejorar el aislamiento térmico de fachadas y cubiertas, así como de ventanas. Estas actuaciones sobre la envolvente alargan la vida útil de las edificaciones, eliminando el impacto ambiental y las emisiones derivadas de la sustitución de las edificaciones. Por otro lado, mejoran directamente la calidad de vida y la economía de los usuarios ya que se reduce el consumo de energía para climatización, con el consiguiente ahorro económico que esto supone.

También las instalaciones interiores son susceptibles de mejora energética: instalaciones de calefacción individuales o comunitarias, sustituyendo las calderas actuales por otras más eficientes como son las de baja temperatura o de condensación y con combustibles menos contaminantes como el gas natural; instalaciones de iluminación más eficientes, con lámparas de bajo consumo, detectores de presencia, etc.; ascensores con accionamientos e iluminación más eficientes, instalación de paneles solares térmicos para producción de ACS, etc.